Por Yair Ademar Domínguez | Columna
En Río Blanco, Veracruz, en donde estuvo el pasado domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador, para recordar a los mártires, en su 117 aniversario, significando esta huelga que ha sido considerada como uno de los antecedentes de la Revolución Mexicana, cuyo ejemplo se extendió a otras entidades como Puebla, Tlaxcala y Ciudad de México, el mandatario mexicano refrendó su compromiso de seguir luchando en contra de los neoliberales o neoporfiristas.
Ellos, dijo, quisieran que olvidáramos la historia, que es la maestra de la vida. Nosotros tenemos que recordar siempre a nuestros mártires, a nuestros héroes, a los próceres, que lucharon en la Independencia, en la Reforma, en la Revolución, y que nos enseñaron el camino para lograr vivir siempre en un país libre, justo, soberano, democrático, comentó, en presencia del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
En tierra de revolucionarios, como la llamó, refiriéndose al general Heriberto Jara y a Cándido Aguilar, el mandatario mexicano recordó que en sentido estricto no sólo no había democracia, sino que estaba establecida una dictadura con características de oligarquía. El gobierno no era del pueblo, porque eso es la democracia, el gobierno era para la minoría y así, refrendó: No queremos la oligarquía. México no es un país de unos cuantos, México es de todos los mexicanos, de todo el pueblo.
Los veracruzanos no podemos olvidar la historia, porque como decía el pensador madrileño George Santayana, “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. Y qué bueno que en México tengamos a un mandatario que conoce de historia y que en cada ocasión que puede nos da cátedra de sus conocimientos, porque justamente trabaja en ello, en que México no regrese al pasado de corrupción que caracterizó a los gobiernos neoliberales.
Hoy, la revolución que encabeza en México es la de las conciencias, poniendo a nuestro país a la vanguardia en el contexto mundial. México está transitando en la Cuarta Transformación de la vida pública de una manera pacífica, con progreso, con desarrollo, con mejores condiciones para la población. La revolución de las conciencias no permite marcha atrás y aquí todos somos protagonistas de este momento histórico.
Desde su mandato, el presidente López Obrador está luchando por cambiar el régimen de corrupción, antidemocracia, injusticia e ilegalidad que llevó al país a una decadencia que se expresó en crisis económicas, políticas, de pérdida de valores, de descomposición social y violencia. Por ello en México se ha estado trabajando en un profundo cambio político, económico, social y cultural, que pasa por un cambio moral y ético. La lucha no ha sido fácil, pero sigue su curso y ya nadie la para.
La única doctrina de la derecha, la hipocresía
Acostumbrado a llamar a las cosas por su nombre, el jefe de las instituciones del país llamó este lunes a los políticos neoliberales de la actualidad, “ladrones, autoritarios e hipócritas”. “Siempre recuerdo que cuando andábamos en la lucha engañaban a la gente. Ahora ya no los engañan. Algunos están enojados todavía y todavía no quieren dar su brazo a torcer, pero nos tocó estar informando plaza por plaza, en todo el país, para que la gente internalizara que el PRI y el PAN eran lo mismo”, comentó”.
“La única diferencia que pueda haber es la que hay entre la pepsi cola y la coca cola. La diferencia es que los priistas y no todos, desde luego, son corruptos, cínicos. Ladrones, rateros, pero eso sí, a misa todos los domingos. Y por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Y a confesarse, para dejar el marcador en cero y comulgar y volver otra vez a pecar y el domingo a confesar y dejar en cero el marcado”, expuso. Más claro, ni el agua.
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